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MNHN 2010

2010 - Esta exposición nació con la premisa de trabajar sobre las circunstancias.

Trabajamos sobre la inmanencia del cambio y la complejidad del espacio.

La necesidad de rapidez en la concreción de la obra era un dato de la misma. A su vez, trabajar con la colección científica del museo, de los caracoles que sostienen esta tesis supuso todo un aprendizaje e intercambio.

 

Estamos manipulando elementos científicos, recolectados con seria dedicación a lo largo del territorio y del tiempo.

 

Decidimos trabajar sobre el espacio vidriera, espacio estuario permanentemente sometido a las tensiones de la calle y del museo. Su siempre próxima mudanza, la necesidad de trasladar implementos para las exposiciones que el museo realiza en otros lugares y a su vez lugar de archivo de elementos de gran tamaño y peso, de pequeños fósiles aún no catalogados. Era un caos desafiante y convocante. Un caos que ordenamos mínimamente.

                                                                                                                         Martha Castillo

Museo Nacional de Historia Natural

 

La artista Martha Castillo genera una intervención en el provisorio local de nuestro Museo de Historia Natural, mas precisamente en

una especie de vidriera que posee el edificio. En ella deja entrever varias capas, deja planteadas varias posibles lecturas en un trabajo

que es un work in progress, o sea, una obra en proceso, que no está terminada y que pretende continuar. Una de las lecturas hace

referencia al choque, al conflicto que genera el cambio. En este caso el cambio del significado de la palabra Uruguay. Casi nada, es el

significado de la designación de nuestro país, de lo que se le fue enseñado e impuesto desde su infancia. “Una nueva tipología”, que de

nueva no tiene nada. Siempre fue el Río de los Caracoles, más allá de las románticas interpretaciones poéticas, patrióticas. Una nueva

capa, el encuentro con la identidad. Los caracoles que están presentes en la intervención forman parte de hallazgos de José Olazarri,

importante investigador uruguayo, y se encuentran guardados en el Museo en latas antiguas de galletitas. Dichas latas son exhibidas

en la vidriera, colmadas de Pomellas. Las latas hacen referencia a la herencia europea, las Pomellas a la herencia indígena. Unas,

estas últimas, la verdad absoluta de estas tierras, una sabiduría eterna que se ha perdido. Las otra, unas verdades más recientes, con

otras sabidurías, no tan ligadas a la Madre Tierra. En la instalación hay un encuentro de ambas, como si la artista intentara

reconciliarlas. Otras lecturas son posibles, generadas desde el video con un recorrido por el Museo y los científicos que trabajan en él,

hasta en el ordenamiento de cajones, etiquetas, mapas, etc. que la artista utiliza para crear un nuevo territorio donde el nombre de su

país sea el real, el que debe ser. Estas se irán dando en la medida en que el público que transita por la calle 25 de mayo se detenga para

observar, para mirar, para ver y para verse.

                                                                                               

Gustavo Tabares -Curador

(fragmento)

 

 

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